Ganador de varios certámenes de poesía a nivel nacional, tiene entre sus trabajos en proyecto varias novelas y poemarios en los que hace uso refinado del lenguaje, que ojo, no es lo mismo que hacer uso de un lenguaje refinado. Y es que la construcción poética de Roberto es esencialmente hermosa. El correcto uso de las palabras, el correcto uso de los adjetivos, el juego travieso de las ideas, un poco de picardía y muchísimo corazón hacen de este poeta un escritor honesto, honesto con todos, pero fundamentalmente consigo mismo.
Sin embargo, nunca había publicado un libro, si ha tenido mucha experiencia editorial, fue él quien cuido la hermosa Edición de la obra completa de Pedro Geoffroy Rivas, entre otras, pero su trabajo nunca había pasado por las prensas de una imprenta, hasta hoy, ocasión en que la dirección de publicaciones e impresos edita esta selección de su trabajo.
“Hasta la publicación de este libro, Roberto Laínez era, probablemente, el mejor poeta “inédito” de El Salvador. Se regodeaba encarnado al escritor que, sin atreverse a despreciar por completo las posibilidades del reconocimiento editorial, prefería dedicar su tiempo a la concentrada labor de extraer toda la poesía que la vida ofrece. Y así, sin prisas, sin ansiedades, sin los sobresaltos urgentes que alimentan las prensas de papel vacío, Roberto hilvanaba con naturalidad el verso, como una verdadera vocación.
Pese a lo anterior, ene este libro nos enfrentamos a un autor en pleno dominio de sus posibilidades. El dominio del lenguaje y la técnica de la expresión poética es evidente, así como la profundidad temática que se desarrolla a lo largo de todo el texto…” Federico Hernández.
Un libro hermoso que está dedicado a una mujer, esto lo hace aún más hermoso, porque lo que en él se encuentra es el testimonio del sentimiento de un ser humano hacia otro, sentimiento que algunas veces es amor, otras amistad, otras odio, pero que sobre todo es verdadero.
Hoja de Vida
Medio tenor, a medias novelista,
Artesano y actor aficionado;
Un poeta con fama de chollado,
Un marañón, también un ceramista.
Utilero, tramoyo, maquillista;
Ha vendido en la calle libro usado
Y en la casa del lago un exiliado:
Poeta militante y sonetista
Tendero, velador y reportero;
Agricultor por casa y por comida
En una construcción yo fui el llavero.
Y en suplicio voraz que no se olvida:
Para el gueto chilango, mensajero;
Copista, corrector, bala perdida.
Ven
Ven desnuda
Mirándome a los ojos
Con la palabra naciendo a manos llenas
Con un punto suspensivo en cada poro
Ven dispuesta
Hay que perder la flor del paraíso
Nuestro es el fruto
Y sus dulces consecuencias
Ángeles somos
Alzando su clamor en rebeldía
Ven y aprende
Que los segundos cuentan
Historias cautivantes
Y un quijote se cuece en tres minutos
Mientras reza con fervor su justo horario
Felicidades al nuevo padre Laínez y los mejores deseos de éxito para este hijo tan amadamente esperado.