miércoles, enero 16, 2008

Martes 18 de diciembre 2007

Ediciones Príncipe en LA BOHEMIA

Este martes se lo hemos dedicado íntegramente a la Poesía. Tres poetas amigos nos visitan para presentar sus libros, las tres ediciones Príncipes.

Tres voces distintas con mucho de oficio, con mucho trabajo respaldándolas y sobre todo, con mucho talento y sensibilidad.

Estas ediciones que han visto la luz bajo el sello editorial ALKIMIA LIBROS, son el resultado de un trabajo de mucho años que evidencia la disciplina necesario que el oficio de escritor exige. Los poetas que hoy sacan a la luz su material tienen una larga trayectoria en el quehacer de la poesía pero no ha sido sino hasta ahora que se han animado a una edición para dejar constancia de su existencia, de su visión de mundo, de su sentir, de su experiencia.

Nuestros invitados son Oscar Nilson Alas, Alberto López y William Alfaro. Como es de suponer, los tres son distintos, provienen de circunstancias diferentes, de lugares diferentes, de concepciones poéticas diferentes pero todos tienen algo en común y esto es el amor por la palabra.

Oscar Nilson es optometrista de profesión y se ha explorado diferentes caminos creativos, entre ellos la artesanía en barro, la narrativa y la poesía; esta última ha fructificado en "Cuaderno Solar", título de su libro. En esta compilación de poemas nos queda claro que el autor tiene un compromiso profundo con ciertos temas más que con otros, particularmente con aquellos que tienen que ver con la TIERRA, esa tierra que le ha visto nacer, que le ha alimentado, que ha trabajado y por la que ha sufrido. Originario de Chalatenango y proveniente de una familia campesina, Nilson no niega ni quiere olvidar sus raíces, muy por el contrario, les hace honor y las posiciona como parte fundamental de su desarrollo como ser humano y muy particularmente como poeta. En un conjunto de poemas en que el amor y el compromiso social se perfuman con el olor a barro y pino, Nilson nos lleva a la dulzura ancestral de nuestra madre por antonomasia y nos provoca la evocación de sensaciones simples pero maravillosas que, muchas veces, con el terrible ir y venir de nuestros días en el medio del concreto y la contaminación, tendemos a olvidar. Así, CUADERNO SOLAR es un recordatorio de que no importa el desarrollo ni la civilización deshumanizante, cuando el ser humano guarda y enarbola los valores fundamentales de nuestra existencia:

Sin volver,
los recuerdos manchan mi nostalgia.
En el quicio de la puerta,
los colores ladran vida,
y el alero de la casa
es la razón de mi razón.
Es la fuerza y el destino
irreversible de la historia.

Alberto López, el más joven de los tres poetas, ha descubierto en el soneto su mejor vehículo de expresión poética, algo extraño y poco visto en estos tiempos en que los jóvenes escritores tienden a querer romper los lazos con los metros clásicos y se zambullen sin saber en el remolino traicionero del verso blanco, verso libre... Que según muchos no tiene reglas. Pero este es otro tema. Volvamos a nuestro invitado quien a pesar de sus pocos años, apenas 24 (son pocos para un poeta) Demuestra una sensibilidad llena de madurez y cuestionamientos profundos en cuanto al destino, al amor, a la vida, al futuro... Todos lógicos, si tomamos en cuenta que Alberto es parte de una generación de niños que nació justo en el medio de una guerra.

"La Nave que Faltaba" es el título de su poemario y nos cuenta que es también el título de uno de los sonetos que lo integran, todo el trabajo ahí reunido tiene como hilo conductor el mar y sus habitantes, sus interrogantes y sus imágenes. La delicadeza de la poesía, el uso maduro del lenguaje y la profundidad de la visión en cada uno de estos sonetos, los hacen totalmente deliciosos para el lector:

DULCE JOVEN
para Alfredo Espino

¿Cómo celebraré, liras doradas, /al más bello cantor de la campiña?/ Voy a trenzarte en un laurel que ciña /las rosas de las Piérides sagradas./ Blandos y amenos prados tus labradas /tiernas manos celebran y la riña /del agua con la tierra a ser quien tiña /con más altos colores las miradas. / Me deleitas, me amas y me arrullas /con las más melodiosas flores tuyas/ que juntas, dulce joven, dondequiera./ Ahora quiero ser quien te celebra /y te junta de flores, hebra a hebra,/ la más bella corona en la pradera.

CARMEN
a Claudia Lars

Línea robusta y luminosa huella,/ voz pastoril del universo dueña;/ pulso en los labios como el santo y seña /tejiéndose en la sangre la querella. / Eres, ante el asombro de luz bella,/ Eva que se adelanta y se despeña; /y en tu pecho de pájaro que sueña /un vibrar de luciérnagas se estrella. / Yo te canto con un encantamiento /bajo la puerta que me dio su aliento./ En mi tierra hay estrellas, oh cantora, / que brotan iniciales y, descalzo, /yo te veo a los ojos mientras alzo mi/ mano ante tu luz, mi Gran Señora.

Y luego nos queda presentar a William Alfaro quien además de poeta es periodista. William es el irreverente del trío, un poeta que tiene clara su visión de mundo y que, también siendo muy joven, ha ganado una experiencia profunda de la vida y con ella ha afilado su sensibilidad y percepción de la realidad. Pero me voy a tomar la libertad de compartir con ustedes los comentarios que sobre el libro "Proclive" ha hecho el escritor Rafael Menjivar Ochoa, y cuya totalidad pueden leer en su blog Tribulaciones y asteriscos (http://rmenjivar.blogspot.com/2007/12/durante-varios-aos-por-ms-motivos-de.html)

"Con anterioridad, y talvez con precipitación, William había auto publicado una plaquette, Déjà vu, que no me gustó. La hizo para un festival de poesía, y me parece que así no funcionan las cosas, como en efecto no le funcionaron. Ya pasó, la plaquette se acabó y ahora ha entrado, por fin, a sus 34 años, al dominio de lo serio. Proclive es un recuento de lo mejor que ha escrito William casi desde el inicio de su carrera. Lo caracteriza el rigor con que está realizado cada poema y --algo extraño en la poesía de cualquier lugar y de cualquier época-- la fluidez con la que se puede leer. En general los poemas que tratan acerca de los propios poetas, o que hacen referencia al oficio de escribir, no terminan de satisfacerme; hay mucho en ellos de vanidad y muy poco de rigor. Pero William logra sortear muy bien los contras y el balance es excelente. No es un poemario en la medida en que no hay una intención de armar un libro con una cierta temática, o con un cierto estilo, o con un cierto "espíritu". Pero el resultado es muy bueno, y creo que es de los libros de poesía que vale la pena comentar y, sobre todo, leer. Así que, si pueden, vayan a Los Tacos de Paco y cómprenlo con confianza; se van a pasar un buen rato y van a tener algo de lo mejor que se ha publicado en la temporada, junto con --por ejemplo-- La habitación, de Jorge Galán"

Y bueno, hasta aquí, porque mañana es la presentación de los libros en LOS TACOS DE PACO y les prometo fotos y datos de la misma

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